La pérdida de cabello puede ser algo muy sigiloso: un momento todos los mechones están en su lugar; al siguiente, parece que tu cola de caballo tiene la mitad del tamaño y… espera, ¿es eso una calva? Y con tantas causas potenciales de pérdida de cabello, averiguar por qué se está cayendo el tuyo, y mucho menos qué hacer al respecto, puede ser un viaje largo y frustrante.

Antes de entrar en detalles, comencemos con un curso intensivo sobre cómo crece el cabello en primer lugar. Como explica la Biblioteca Nacional de Medicina (NLM), el proceso se puede dividir en tres fases: crecimiento (anágena), durante la cual nuevos mechones brotan de tus folículos pilosos; transición (catágena), que marca el final del crecimiento activo; y reposo (telógena), cuando tus folículos se toman un descanso y comienza la caída. Es normal perder entre 50-100 cabellos al día, según la Academia Americana de Dermatología (AAD). Si pierdes más que eso, especialmente si también notas cambios en la textura o el grosor de tus mechones, podría indicar que tu cuerpo está enviando una señal de alerta.

“El proceso de envejecimiento contribuye indudablemente a cambios en el ciclo de crecimiento del cabello, como la desaceleración de la tasa a la que crece, pero rara vez actúa como la única causa de pérdida de cabello sustancial.

Entonces, ¿qué otros factores, además de envejecer, pueden contribuir a un adelgazamiento significativo? Pedimos a expertos que desglosaran las causas subyacentes más comunes de pérdida de cabello en mujeres.

1. Genética

La alopecia androgenética es la causa más común de pérdida de cabello en todo el mundo. Es un problema hereditario que se desencadena por una combinación de factores genéticos y hormonales. Esencialmente, las personas con esta condición han heredado genes, de uno o ambos padres, que son extra sensibles a los andrógenos, hormonas que juegan un papel importante en la regulación del crecimiento del cabello. Los andrógenos se refieren típicamente como hormonas sexuales “masculinas”, aunque todos producen algún nivel de ellas.

2. Estrés intenso y prolongado

La pérdida de cabello inducida por un estrés prolongado se llama efluvio telógeno y puede ocurrir como resultado de, lo adivinaste, estrés prolongado, tanto físico, como mental o emocional (perder tu trabajo o un ser querido, por ejemplo). Puedes experimentar una pausa temporal en el crecimiento del cabello mientras tu cuerpo destina sus recursos a superar el estrés subyacente. Una gran parte de los folículos cambian simultáneamente a la fase de reposo, con esta pausa durando de tres a seis meses. Una vez que tu cuerpo decide que el peligro ha pasado los cabellos que han estado suspendidos en la fase de reposo entran en la fase de caída.

3. Hábitos de estilizado agresivos

Si el uso de calor o tratamientos químicos son parte de tu rutina regular de cuidado del cabello, esto te pone en riesgo de dañar tus mechones y potencialmente desarrollar un trastorno del tallo del cabello llamado tricorrexis nodosa, una condición en la que puntos débiles y dañados en el tallo del cabello hacen que los mechones se rompan fácilmente.

4. Caspa severa

Aunque la caspa en sí no es un problema serio, si no se trata a tiempo puede degenerar en algo más grave aún derivando en su prima más severa, la dermatitis seborreica: Una condición de la piel molesta caracterizada por una erupción, así como parches con picazón y descamación que se instalan en lugares con muchas glándulas sebáceas, incluido tu cuero cabelludo.

5. Folículos pilosos inflamados

La foliculitis es una condición de la piel que ocurre cuando los folículos pilosos se inflaman, lo que compromete la integridad de los folículos. En casos severos, la infección puede llevar a cicatrices, causando pérdida permanente de cabello.

6. Desequilibrios hormonales

Los cambios hormonales pueden ser un factor contribuyente a la pérdida de cabello en mujeres, particularmente los altos niveles de andrógenos. Los andrógenos son hormonas sexuales que juegan un papel crucial en el desarrollo de características masculinas, aunque también están presentes en las mujeres en cantidades más bajas. En las mujeres, los andrógenos son producidos principalmente por los ovarios y las glándulas suprarrenales. Aunque son esenciales para la función reproductiva y la salud en general, los niveles anormalmente altos de andrógenos pueden tener efectos adversos, incluida la pérdida de cabello.

La pérdida de cabello inducida por andrógenos en mujeres, también conocida como alopecia androgenética femenina, es una condición caracterizada por el adelgazamiento difuso del cabello en el cuero cabelludo. Esta forma de pérdida de cabello está influenciada por la sensibilidad de los folículos pilosos a los andrógenos, como la dihidrotestosterona (DHT). En personas susceptibles, la DHT puede acortar la fase de crecimiento del cabello y provocar la miniaturización de los folículos pilosos, lo que resulta en cabellos más finos y más cortos hasta que, eventualmente, el folículo deja de producir cabello visible.

La sensibilidad de los folículos pilosos a los andrógenos está determinada genéticamente, lo que significa que la predisposición a laalopeciaandrogenéticapuedeheredarse.Ademásdelagenética,otrosfactorespuedeninfluirenlosnivelesdeandrógenos o en la sensibilidad a estos, incluyendo ciertas condiciones endocrinas como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), el uso de medicamentos con andrógenos y cambios hormonales, especialmente durante la menopausia.

El manejo de la pérdida de cabello inducida por andrógenos en mujeres puede incluir:

  1. Tratamientos Tópicos: Como el minoxidil, que puede ayudar a estimular el crecimiento del cabello.
  2. Terapias Láser: La terapia láser de bajo nivel (LLLT) puede ser beneficiosa para hombres y mujeres, ya que puede ayudar a estimular los folículos pilosos y acelerar el crecimiento del mismo.
  3. Cambios en el Estilo de Vida: Incluyendo la dieta y el ejercicio, pueden tener un impacto positivo en la salud hormonal y general, lo que a su vez puede influir en la salud del cabello.

Es fundamental una evaluación detallada y personalizada para determinar la causa subyacente de la pérdida de cabello en las mujeres y desarrollar un plan de tratamiento efectivo. Este enfoque permite no solo abordar la pérdida de cabello desde un punto de vista cosmético, sino también mejorar el bienestar emocional y la calidad de vida de la persona afectada.

7. Enfermedades autoinmunes

Una enfermedad autoinmune ocurre cuando el sistema inmunitario del cuerpo, que normalmente protege al organismo de infecciones y enfermedades, erróneamente ataca y destruye tejidos corporales sanos. Este ataque puede dirigirse a cualquier parte del cuerpo, incluyendo la piel y los folículos pilosos, lo que puede resultar en la pérdida del cabello.

En el contexto de la pérdida del cabello, una enfermedad autoinmune relevante es la alopecia areata. Esta condición se caracteriza por la pérdida de cabello en parches redondos en el cuero cabelludo y, en casos más severos, puede afectar a todo el cuero cabelludo (alopecia total) o incluso a todo el cuerpo (alopecia universal). La alopecia areata ocurre cuando el sistema inmunitario ataca los folículos pilosos, lo que detiene el crecimiento del cabello sin destruir el folículo, permitiendo la posibilidad de regeneración del cabello en el futuro.

Las enfermedades autoinmunes pueden tener un impacto significativo en la autoestima y la imagen personal de los individuos, ya que la pérdida del cabello puede ser una experiencia visualmente notable y emocionalmente perturbadora. La atención y el apoyo psicológico son fundamentales para manejar el impacto emocional de estas condiciones. Desde un punto de vista cosmético y terapéutico, es crucial proporcionar tratamientos que ayuden a manejar los síntomas y, en el caso de la pérdida de cabello, fomentar la salud del cuero cabelludo y potencialmente estimular el crecimiento del cabello sano. Tratamientos como la terapia láser de bajo nivel (LLLT) pueden ser útiles en ciertos casos para mejorar la salud capilar y estimular los folículos pilosos.

En este contexto, es importante adoptar un enfoque comprensivo y personalizado, teniendo en cuenta que cada individuo puede experimentar la enfermedad y sus efectos de manera diferente. La evaluación inicial y el seguimiento continuo son esenciales para proporcionar el cuidado más efectivo y personalizado posible.

Cuándo ver a un especialista capilar sobre tu pérdida de cabello.

¿Te has encontrado cabellos en la almohada por la mañana, te preguntas si la cantidad de cabello que ves es normal? ¿O quizás hasnotadoquetulíneadelcabelloseretraesutilmente,preguntándotedóndehaidoapararesadensidaddeantaño?El efluvio telógeno, esa caída excesiva que nos roba la tranquilidad, suele ser un visitante temporal que, con el cuidado adecuado, podemos invitar a salir de nuestras vidas en las etapas tempranas.

Sin embargo, cuando la caída del cabello se vuelve una constante en tu vida, creando espacios vacíos donde antes había plenitud, es el universo diciéndote que es hora de buscar a un especialista. Un experto en salud capilar no solo te escucha; te ve. Profundiza más allá de la superficie para descubrir la raíz de la caída crónica o la pérdida total de cabello. ¿Tienes otros síntomas que te inquieten? Picazón, dolor, ardor, descamación, o incluso adelgazamiento notorio del cabello, son señales de alerta que no debes ignorar.

Acercarte a un especialista capilar es dar el primer paso hacia la recuperación, hacia la comprensión y, lo más importante, hacia soluciones reales. En este viaje, no solo descubrirás tratamientos; encontrarás esperanza y la oportunidad de mirarte al espejo con alegría una vez más.

No esperes a que el tiempo decida por ti. Si ves señales, si sientes que algo no va bien, escucha a tu intuición. El mejor momento para actuar es ahora. Porque en la búsqueda de respuestas, el conocimiento es poder, y en manos de un especialista capilar, el poder se transforma en acción.

Tu cabello cuenta una historia. Asegúrate de que sea una que quieras contar.